Lo reconozco, una de las cosas que más me gusta hacer en los eventos para los que nos contratan son los Candy Bar. Y digo eventos y no sólo Bodas, porque un Candy puede quedar bien en cualquier celebración.
De hecho, los hemos montado en Comuniones, Bautizos, Bodas, eventos musicales… ¿Quién se resiste a una chuche o un puñadito de palomitas? Da igual dónde estés, ¡¡siempre apetecen!!
Hemos hecho una recopilación de todos los Candy Bar que hemos hecho hasta ahora -seguro que nos dejamos alguno- y os los queremos enseñar. Yo tengo mi favorito, y a ti, ¿cuál te gusta más?
Los estilos son variados, no hay dos candys iguales porque no hay dos personas iguales. Incluso a veces, en la propia pareja uno quiere una cosa y otro otra (¿os suena?). Nosotros siempre intentamos buscar una solución intermedia, algo que guste a ambas partes. Y el resultado siempre es un acierto.
Este que veis aquí, este carro lleno de color, es el origen de todo lo que hoy en día es La Casita de Caramelo. ¡Es el Candy Bar de mi Boda! Cuando Ainara se casó, un par de años antes, aún no se llevaba esto de las chuches en las Bodas. Qué pena, porque habría sido un exitazo, seguro.
Fue una sorpresa que nos prepararon para nuestro Gran Día. Tengo que confesar que yo algo me olía, porque había mucho cuchicheo en los días previos, pero no sabía exactamente qué andaban tramando. A todo el mundo le encantó y doy fe de que lo disfrutaron, sobre todo mis sobrinas, que no pararon de coger chuches. Fue el comienzo, fue una revelación. Descubrimos que queríamos hacer esto para siempre.
Recuerdo con mucho cariño a nuestra primera pareja. Iñigo y Miriam. Se casaron en 2015 y quisieron un Candy Bar en su Boda, además de los detalles para las chicas, que también hicimos para ellos. La gama de colores fue todo un reto: azules y morados.
Este candy siempre será especial por ser el primero.
Después vinieron muchos más. Algunos muy coloridos, como el de Olatz y José Luis o el de Begoña y Miguel. Auténticas bombas de color.
Algunos en mesa, como los de Mikel y Naiara, Iker y Oihane o Karmele y Txitxi…
y otros en carro, como los de Eider y Asier, Maitane y Crístofer,
Naiara y Aitor, Dani y Sandra, Alaitz y Asier…
Qué gran adquisición fue el carro de madera. Tengo que deciros que fue un regalazo que nos hizo un amigo del aita, que por desgracia, ya no está con nosotros. Os podéis imaginar el cariño que le tenemos a este carro. Una verdadera obra de arte. Nos encanta cuando los novios lo eligen porque compartirlo con los demás nos parece el mejor homenaje que le podemos hacer a Joselu, el artista que nos lo hizo y quien siempre estaba dispuesto a echarnos una mano en temas de bricolaje y que incluso hizo de chófer en alguna ocasión.
¿Sabéis otra cosa que nos encanta? Que las parejas decidan incluir a sus peques en los Candys. Fue el caso de Abel y Susana, que añadieron a su pequeña Carla; o de Maialen y Jose Mari, que quisieron que Ixiar estuviera presente en su día.
El carro blanco con tejadito también fue el elegido por Eliana e Iñaki. ¿Y qué me decís de los candy bar en mesa redonda? No es algo muy habitual, pero oye… ¡¡quedan muy bien!! Maria y Marcus, y Alaine y Fran, eligieron esta opción, aunque en estilos diferentes. Súper colorido el de los primeros y en gama de verdes/blancos el de los segundos.
Hay lugares que te piden por sí mismos el candy en un estilo determinado. En el caso de Paola y Amaiur, Esti y Gorka o Nerea y Asier, los restaurantes tenían una personalidad muy rústica o muy vintage. Y los candys tenían que seguir esa tendencia para encajar a la perfección en el ambiente, algo muy importante.
No sólo el estilo del Restaurante o salón es definitivo. También lo es el estilo de los protagonistas. En el caso de Edu y Marian, la prima de Edu decidió sorprenderles regalándoles el Candy Bar y tenía muy claro que tenía que ser temático. Los novios eran unos apasionados de los viajes y habían recorrido medio mundo juntos. Eso tenía que verse reflejado en un día tan señalado. Unos globos aeróstáticos llenos de chupachuses, las palomitas dentro de una maleta, postales, baúles, mapas… Todo de tema viajero y de estilo antiguo. Sabemos que fliparon al verlo. Fue toda una sorpresa y seguro que Maite se ha convertido en la prima favorita de Edu. ¡¡No es para menos!!
Como decía más arriba, no sólo un candy bar tiene que ser para una Boda. La tía de Sofía decidió regalarle algo muy especial en su Comunión: un carrito lleno de chuches para ella y sus amigos. Seguro que más de un adulto echó la mano en la sobremesa.
Y en el caso del Bautizo de Ane, sus padres quisieron celebrarlo por todo lo alto con un súper Candy en gama de rosas, precioso y perfecto para compartir con toda la familia un día tan bonito.
Os aseguro que un Candy es siempre una buena idea. Un toque dulce en cualquier evento es siempre una buena idea.
Pronto tendremos más candys para enseñaros. Vienen unos cuantos esta temporada.
Y nosotras, ¡¡FELICES!!
PD: ¿Quieres una Candy Bar para tu evento? Contacta con La Casita, llámanos, escríbenos… estaremos encantadísimas de crear uno para ti.